Pinturas aromáticas
El olor a pintura es bastante molesto. Uno siente que ese aroma tan característico penetra en el organismo con consecuencias desagradables que pueden incluir mareos, cefaleas o hasta inconvenientes respiratorios. Por eso, a la hora de una remodelación de la vivienda, una opción interesante es elegir las pinturas aromáticas.
Estas pinturas suelen presentar fragancias que están vinculadas al color: es posible, por lo tanto, que huelan a una flor o a una fruta, por ejemplo. Es importante destacar, de todos modos, que el olor de la pintura aromática desaparece varios días después de la aplicación.
¿Cuál es el sentido, pues, de utilizar una pintura aromática que, a los pocos días, será una pintura corriente? Su ventaja radica en evitar las incomodidades de esas primeras jornadas después de pintar. Con una pintura aromática, es posible habitar el ambiente de manera inmediata, sin necesidad de aguardar a que desaparezca el olor tradicional a pintura ya que lo que sentiremos, en cambio, será un aroma agradable.
Las pinturas aromáticas no sólo se caracterizan por su fragancia, sino que también suelen ser ecológicas, con escaso nivel de toxicidad. También son lavables y de secado rápido.
La durabilidad del aroma depende de varios factores: desde la cantidad de pintura aplicada hasta la ventilación del ambiente, pasando por la intensidad de la fragancia, es imposible estimar con precisión hasta cuándo se extenderá la aromatización.
Si buscas que tu pared amarilla huela temporalmente a limón o que el techo de tono naranja desprenda una fragancia a azahares, no dudes en analizar la oferta de pinturas aromáticas.
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